dilluns, 14 de setembre del 2009

¿QUIÉN TEME A LA MEMORIA HISTÓRICA?


Luis Solana
El Plural






Con un poco de (mala) suerte España va a conseguir un record Guiness: será el país cuyo sistema judicial procesó a todos los dictadores del mundo menos a uno, al suyo. Más aún, esos jueces españoles que procesan a varios dictadores de distintos países, también procesan al juez que juzgó al dictador de España. Es que si no se vive no se cree: el juez Baltasar Garzón provocó un revulsivo internacional al intentar procesar al dictador Augusto Pinochet (chileno) y ahora está imputado por intentar procesar a la dictadura de Francisco Franco (español). Y el gobierno de España es progresista.

Siempre he tenido una enorme admiración por el valor de José Luis Rodriguez Zapatero para luchar a favor de los retos más difíciles relacionados con los valores democráticos. Pero, no sé por qué, al Presidente se le ha cortado la respiración con esto de la Memoria Histórica.

Baltasar Garzón no me gusta casi nada. Dejo el casi precisamente por su labor en la persecución de dictadores por allá y por aquí. Pero el “por aquí” le va a complicar las cosas. Igual sale como un héroe (se lo merecería en este apartado) o igual sale como un villano, en el territorio español.
¿Por qué pueden pasar estas situaciones disparatadas? Pues porque el gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero no ha sido tan valiente con el asunto de la Memoria Histórica como con otros derechos reprimidos desde hacía mucho tiempo.

España está muy cerca de tener otro record Guiness: puede ser el único país de Europa que todavía tiene muertos enterrados en las cunetas desde su contienda civil.

En Europa, los polacos han enterrado ordenadamente a los soldados alemanes; los belgas a sus ciudadanos de la traidora división Walonia; los franceses a los guardias del gobierno de Vichy y así toda la Europa de dos guerras mundiales/civiles. Menos España.

Y el Gobierno no ha tenido el valor de declarar que pone sobre la mesa el dinero que haga falta y los medios que sean precisos para que nadie recorra España pensando que en un arcén hay un muerto de la Guerra Civil. O que algún español no pueda enterrar con cariño y honor a quien otros españoles asesinaron en los disparates de una guerra fraticida.

¿Pero por qué no se atreve nuestro Gobierno a adoptar una decisión semejante a la que han adoptado todos los países en Europa? Pues porque le ha dado miedo el “revisionismo” que inunda al conservadurismo español.

No es verdad que Pío Moa sea el ideólogo de la nueva derecha “revisionista”, este escritor es sólo una muestra de lo que vivimos. En España hay mucha gente que quiere defender la tragedia civil y el triunfo de quien ganó.

¿Es casualidad que ahora se critique a unos socialistas que celebran un encuentro puño en alto? No; hemos levantado el puño muchos socialistas muchas veces, pero es ahora cuando se nos critica y se nos compara con Stalin. ¡Qué disparate! O no es tan disparate si pensamos lo que está detrás de esta nueva actitud de una derecha segura de sí misma y orgullosa de su pasado golpista.

Señor presidente, si aceptó riesgos al legislar -por ejemplo- sobre las bodas entre homosexuales, no me diga que le ha entrado miedo al decidir que la Ley de la Memoria Histórica se aplique sin matices.

Compañero Zapatero, no me digas que aceptas que España sea el único país de Europa con muertos en las cunetas.