dijous, 5 d’agost del 2010

EL PRECIO DE LA DESMEMORIA

Clamor Republicano


Todo tiene un precio, sino que se lo pregunten a chilenos y argentinos que tienen que ver como sus países se venden al vil metal y destruyen un patrimonio ecológico de la humanidad, como son los tres glaciares que se van a pasar por la piedra, gracias a la codicia de una empresa canadiense y el sometimiento gustoso de sus gobiernos. Estos días se podía leer en las paredes de un pueblo cercano “Pascua Lama: pan para hoy, hambre para mañana”, el pueblo es sabio, porque sabe que de unos campos contaminados de cianuro (veneno usado para la extracción del oro) no volverá a salir nada que tenga vida y que los réditos de las pobres indemnizaciones tienen fecha de caducidad. Es curioso que los EEUU aquí no quieran intervenir como en el caso de la Amazonia brasileña sobre la que quieren ejercer su control, bajo la tapadera de la preservación ecológica. La Señora Kishner, admiradora del glaciar Perito Moreno, no debe saber que no hay oro, plata y cobre que pueda hacer que un glaciar se regenere después de ser destruido.

Esto de poner precio acaba por ser efectivo porque hay una cifra a partir de la cual la moral y la ética se quedan en casa, encerradas en el arcón de la desmemoria. Así el gobierno español en materia de memoria histórica adopta la postura más cómoda, la del talonario. El camino de la Verdad, la Justicia y la Reparación, en estos días de recortes de libertades y derechos, en el caso de los derechos humanos no se iba a hacer una excepción, máxime cuando tan poco se han puesto en práctica por estos contornos, es un campo minado. Se dobla la designación a la parte más agradecida políticamente de la memoria, que es la de sacar los huesos para devolvérselos a sus deudos. Un gesto humano, que hasta aquellos que estuvieron de acuerdo en lo de pasearlos previamente, en su caridad cristiana de atrezzo, pueden hacer un esfuerzo de magnanimidad y otorgarnos esta gracia. Así el desenterrar a aquellos que se jugaron la vida por defender la legalidad, expresada en las urnas por el pueblo, o aquellos a los que simplemente se la robaron por ser ciudadanos, tras siglos de vasallaje continuado, es una tarea cómoda para el ejecutivo, bien vista por la sociedad y sin consecuencia jurídica, ni política alguna. Simplemente económica, pero tampoco es una cifra para tener que proponer una rebaja a los pensionistas, que curiosamente son los que más urgencia tienen en recuperar los restos de los suyos porque cada día que pasa es un tiempo precioso para ellos. Así con un millón más asunto solucionado. Las asociaciones que han crecido a la sombra de las exhumaciones tendrán algo más de dinero para llevar a cabo un trabajo que tendría que ser tarea del Estado, en el que tendría que intervenir el aparato judicial para dejar constancia de que allí se cometió un terrible asesinato, un crimen de estado. Crímenes como los que sufre Colombia en la actualidad, día sí, día también, ante los ojos de una comunidad internacional a la que ya no le importa nada más que la comodidad de la interferencia hacia quien diga el Imperio. Sólo tenemos que comprobar como se premia a los que han hecho bien su trabajo, Uribe será parte de los que investigarán el asunto de la “Flotilla de la Libertad”, pero no nos extraña nada que los culpables hagan ver que hacen justicia para las víctimas cuando la hacen para los suyos, aquí el rebautizado TOP es quien nos la niega. Seguro que Obama tras el buen comportamiento de Zapatero también le premiará más allá de una lamentable visita de “la primera dama” a Marbella, rollo Bienvenido Mr. Marshall, espectáculo que nos retrotrae a tiempos cada día más cercanos.

Aquí los crímenes del franquismo son relegados a un hecho social o histórico, no constituyen un hecho político y jurídico de primer orden para salvar los muebles de nuestra decrépita democracia. Lamentablemente el sistema judicial cuyos miembros no es que juraran los principios del movimiento, condición sin la cual no podías ejercer, sino que creyeron firmemente en lo que habían jurado siguiendo fieles al juramento hasta la muerte, es el mismo que niega por sistema la anulación de los juicios del franquismo, concediendo una eterna autoridad a los que formaron parte del aparato represor y exterminador golpista y concediéndoles la que tendría que ser bautizada como impunidad española, el sueño de cualquier post-dictadura. Me laman la atención las palabras de Maite Pagazaurtundua: "es importante para toda la sociedad porque no hay nada más destructivo que la impunidad". Eso es lo que opina la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, que dice tener una "nueva, rara, sensación de alivio emocional" después de las últimas detenciones. Claro que es terrible la impunidad, pero sólo se valora así en el caso de las víctimas de ETA, las víctimas del terrorismo de un estado fascista ejercido por los usurpadores de la legalidad republicana a golpe de fusil también merecen sentir alivio emocional, tras más de 70 años, y sería muy sencillo si los mismos que tienen en su agenda política las víctimas de ETA tuvieran, aunque fuera unos puestos por debajo en sus prioridades, a las víctimas del franquismo. Las cifras son groseras pero hay que sacarlas a colación para colocar las cosas en su sitio, no importa el tiempo transcurrido, porque los crímenes contra la humanidad no prescriben. Menos de 800 asesinados por ETA desde el año 1978, las víctimas de la dictadura fascista española y la transición son más de doscientas mil, no sólo los desaparecidos y paseados sin condena a muerte tras consejo de guerra, sino los miles de condenados y sepultados, que se podrían cuantificar tras un vaciado exhaustivo de las causas que se encuentran en los tribunales militares, y que se cifran según algunas fuentes en más de 50.000, más los que murieron en prisión por enfermedad, hambre o falta de higiene, o los que no murieron pero dejaron enterrados entre los muros de sus celdas años interminables de su vida. Ellos sólo han recibido IMPUNIDAD, la de sus verdugos, y nadie se rasga las vestiduras. Pero qué se va a esperar de un estado en el que a un luchador antifascista en su lucha contra la dictadura es considerado terrorista, mientras personajes como Melitón Manzanas, sádico represor de la escuela de las SS, o Carrero Blanco, devoto fascista de misa diaria, son víctimas del terrorismo, en una perversión que ni el propio Franco hubiera soñado contemplar.

Pero no hay que preocuparse por nada, aquí no hace falta que nadie nos amenace o nos coaccione con vueltas a un pasado porque quizá nunca hemos salido de éste, solo sacamos un pie para volver a guardarlo, es como vivir en el NODO. Así en este devenir de la grandeza y unidad de la patria en lo universal de nuestros triunfos deportivos se volverá a correr la vuelta a España en Euskal Herria , cosa que no sucedía desde el 1978, año en el que supuestamente la monarquía heredera de la dictadura y su loada Constitución, que la mayoría de la población actual no votó, con sus barniz democrático les liberó de la Vuelta. Ahora se vuelve a correr en territorio Patxi después de colocar la palabra España en el maillot de Euskaltel, l’Estatut es recortado por el Constitucional y la Verdad, la Justicia y la Reparación siguen siendo palabras vacias en este Estado. Los símbolos de sometimiento, aunque no sean equiparables, si dan la medida de donde nos encontramos.

Y decirles a aquellos que querían recuperar a sus familiares de la humillante sepultura que les dio el franquismo en el Valle de los Caídos, que la voluntad de 9 familias, son muy pocos votos para tocar la niña bonita de millones de nostálgicos, que no votarán socialista, pero a los que este gobierno, por oscuras razones de árbol genealógico, de todo punto incomprensibles para los que siguen creyendo que el PSOE es un partido de izquierda, quiere seguir teniendo contentos. Ni la crisis afectará a este símbolo del fascismo español cuya restauración nos costará más de medio millón de euros.