Carta al Presidente de la República y al
Fiscal General de la Nación
NO
BASTARON ONCE AÑOS DE EXILIO
Hace menos de un
mes llegó a la sede de la Corporación Nuevo Arco Iris, donde trabajo, un
pasquín del grupo Los Rastrojos en el que se amenazaba a esta institución y a
Fernando Hernández, nuestro director ejecutivo. Por esos mismos días hubo una
lluvia de amenazas similares a otras ONGs y defensores de derechos humanos.
Ayer tarde
entregaron aquí mismo, en la recepción de la oficina, un sobre que contiene
otra amenaza. Es del grupo Comando Central-Águilas Negras. En ella amenazan de
muerte a 99 hombres y mujeres entre quienes estamos Fernando Hernández, Adolfo
Bula y yo. En las amenazas de septiembre y octubre del año pasado y las de hace
un mes no aparecía mi nombre; en esta sí.
Aún no llevo tres
meses de haber regresado a Colombia. Y no fue suficiente que pasara once años
lejos del país, en España y
Catalunya, para que otra vez me
vuelvan a amenazar. No bastaron
once años de exilio.
Pensaba que al retornar
podría dedicarme más o menos tranquilamente al trabajo de investigación por la
paz. Que al haber un gobierno que está negociando un acuerdo de paz con las
Farc y fue elegido con la promesa de la paz, uno podría ejercer su derecho
elemental a caminar fresco por la calle sin escoltas ni esquemas de seguridad.
Nunca me imaginé que esos heraldos de la muerte tomaran nota tan rápido de este
regreso. Que no me dejaran casi ni llegar.
Señor Presidente de
la República, Señor Fiscal General de la Nación: hace un mes, ante la oleada de
amenazas, el gobierno se quedó callado. Es claro que no somos los únicos
amenazados ni abogo sólo por mi seguridad y la de mis compañeros porque estamos
en el país donde las amenazas se volvieron el pan de cada día bajo la mirada
impune de las autoridades.
Pero señores
Presidente y Fiscal: Fernando Hernández, Adolfo Bula y yo fuimos los que
firmamos junto con el gobierno nacional el acuerdo de paz de la Corriente de
Renovación Socialista en 1994. Y desde 1996, las amenazas contra nosotros y
otros dirigentes e investigadores de Nuevo Arco Iris nunca han cesado. Fernando
tuvo que salir siete años fuera del país. León Valencia ha tenido que huir varias veces ante incontables
amenazas. Yo apenas acabo de regresar. ¿Cómo van a convencer a las Farc y al
Eln para que se transformen en un movimiento político si el gobierno no es
capaz de parar ni reducir este diluvio de amenazas?
Señor Presidente,
señor Fiscal: las bandas paramilitares o bacrim, o quienes actúan a nombre de
ellas, no sólo están amenazando a la gente que trabajamos por la paz y los
derechos humanos. Siguen asesinando y regando de sangre regiones enteras,
impidiendo la restitución de tierras a los campesinos, sembrando el miedo en
las periferias urbanas y engordando las economías criminales. Si el gobierno no
reduce estas bandas y las élites políticas que las encubren, no habrá paz ni
con las Farc, ni con el Eln, ni con la sociedad.
José Aristizábal
García.
Coordinador del
Observatorio del conflcito armado y el posconflcito.
Corporación Nuevo
Arco Iris
Bogotá, 22 de
octubre de 2014