“Soy un "mileurista" (al que pagan al día 36 euros), nieto de "paseado" (en el 36), que empezó a estudiar a fondo (con 36 años de edad) aquellos "paseos del 36"; diez años después de aquel 1996 publiqué ese libro (tras otros dos anteriores, basados en gente y aspectos que reflejan el sufrimiento de aquel “dichoso” 36); soy de los que creen que el tiempo corre muy en contra de la Memoria, pues ya hace mucho mucho que se proclamó la II República, que la hundieron y también (somos conscientes) de que cada día que pasa es un día menos para todos los que nos van dejando y son un testimonio menos (mi padre también, hace 4 años, falleció); y del comienzo de la guerra ya son 72 años, los que se llevan mi madre de mi hija; 52 años desde que se casaron mis padres, y si yo tenía (en el 2000, cuando le dediqué un poema a mi abuelo) 40 años también eran 40 los que tenía él cuando le asesinaron;(...) pero es que Franco se tiró 36 años dictando leyes (1939-1975), más el tiempo de guerra -que se acercó a casi 36 meses-), y es que desde el año que publiqué "Los Paseos" (2006) habían pasado ya 36 años desde el día que me llevaron a estudiar a Burgos al Colegio "Generalísimo Franco" (¡!), ...y 36 años desde aquella discusión en el Instituto Conde Diego Porcelos, entre el profesor de Religión, el cura Don Justiniano, y un compañero que era obligado a asistir a clase de religión católica (cuando él no lo era, por ser finlandés y de otra religión), y allí fue la primera vez que escuché un "...Dios" cara a cara con el cura sesentón, estupefacto él –el cura,…y todos nosotros- (lo que supuso una expulsión "ipso...facta", evidentemente). (...) Sí, el "dichoso" 36 está ahí, aún sin ser esclarecido del todo; y mientras tanto hay quienes se lanzan (nos lanzamos) a luchar contra "los elementos", cual buey suelto, dándonos cuenta (después de escribir, imprimir, distribuir, etc., etc., el libro de "Los Paseos…del 36") de que en este tiempo de 12 años este esfuerzo me ha supuesto 36 mil euros y que como en cualquier guerra al final hay que saber perder y que recuperar parte tampoco es que esté mal del todo (ya no la mitad, por aquello del 18, como cifra a medias del 36, ni porque empezó la "dichosa" guerra el 18...de julio), pues he conseguido recuperar algo menos de la mitad (unos 12-15 mil euros), que no es poco, he conseguido conocer a gente encantadora, entrevistar a más de 200 personas entrañables, tener una biblioteca con más de 500 ejemplares de historia (libros comprados), documentación de 70 archivos a nivel local, provincial o estatal (religiosos, civiles y militares), charlar a través del e-mail con cientos –más de 360 personas diferentes (de cualquier provincia de España; incluso de Argentina, México, etc.)-, (…)".
El "dichoso" (desgraciado) 36 debemos entre todos esclarecerlo, con los medios de cada uno, pues uno se da cuenta que ha puesto "por la causa", durante 10 años (1996-2006), un euro al día NO-recuperable; ello quiere decir que, de los 36 que me pagan actualmente al día (hace 10 años era "bastante" menos, que ya es decir), yo, como media, colaboro en esto de la Memoria con un 3´6% de mi sueldo (no con el 0´5 o el 0´7 del tope del gobierno para con el tercer mundo). Y todo ello...por Ellos; y también por nosotros, para que aprendamos a no dejarnos llevar ni engañar por tanto aprovechado ya desde la guerra y que todavía hablan con la boca grande diciendo barbaridades, siendo asesinos de media España, que lo mínimo que podrían hacer sería callarse y respetar lo que hacemos con nuestros abuelos.
NOTA: Todo lo anterior es para demostrar que mucha gente debería perder el miedo a escribir, publicar, etc., pues es una gran causa y al final, como es mi caso, en 10 años, he "invertido", en total, 36000 euros, que suponen 10 euros al día,...y es que de esos 10 tan sólo -según mis cálculos- he perdido 1 euro al día.
PERO es que: ¿Cuánto he ganado a cambio?, ¿cuántos amigos y familias encantadoras he conocido?, ¿acaso ese euro no es lo que vale una mera caña de cerveza que te tomas en un plis-plás?
Y TODO ELLO HECHO CON TRABAJO, CARIÑO Y COMPROMISO.
Un saludo,
J. Jesús de la Torre Tapias