Clamor Republicano
Todo el pescado está vendido, pero quizá podamos modificar el precio de la venta amargándoles el disfrute de los beneficios ¿y cómo hacerlo? ¿cómo arrebatar una mayoría absoluta a esos fascistas que siguen identificándose con el azul? votando a partidos de los llamados minoritarios, partidos de izquierda, antimonárquicos, laicos, que respeten el derecho a decisión de los pueblos y que estén dispuestos a hacer frente al capitalismo neoliberal y salvaje. Votando contra el bipartidismo del ya te recorté y contra el del no te voy a dejar un pelo para que se te quede cara de tonto. Hay que romper el sistema actual en un estado que no hizo la ruptura democrática cargando con el lastre franquista que hoy brilla y da esplendor a las cuentas corrientes de muchos, dentro y fuera de este estado en paraísos en los que la Iglesia se encuentra como en el cielo, también azul.
Mañana 20-N Franco abrirá sus ojos y resucitará una vez más cual ave fénix de sus cenizas de asesino y torturador, autoritario para sus amigos. Saldrá al balcón rodeado de gaviotas, aves marinas que ahora vuelan sobre los estercoleros de tierra adentro, porque es más fino para los de su clase comer sin trabajar aunque tengas que ensuciarte el pico y las patas. Franco y sus pupilos se sentirán fuertes y como antaño saldrán de sus gargantas los gritos de la España reaccionaria, vengativa y resentida, que no tuvo bastante con el genocidio de los rojos y que sigue en sus postulados chulescos, expoliadores y explotadores, aunque ya va quedando menos que vender y robar.
Pero ahora, para más inri, hay una dictadura suprema, la de los mercados, que ya ha tomado la talla de las cuerdas con las que tendrá que manejar el títere que mañana recién salido de las urnas nos hundirá más en la miseria.
Tenemos que evitar que la mayoría de la España más negra nos aplaste bajo su yugo porque nos jugamos nuestros tristes derechos, nuestras libertades, el techo, la salud y la educación de los hijos de las trabajadoras y trabajadores. Pero si eso sucediera porque no podamos frenarles con nuestros votos antibipartidismo, como vaticinan todos los medios de desinformación, si los resultados son los que ellos esperan, nos abocarán al peor de los escenarios y tendremos que estar preparados para plantar cara a los culpables de las amargas situaciones que nos tocará vivir. Si no podemos vencerles en este juego electoral antidemocrático donde la ley ampara la desigualdad porque todos los votos no valen lo mismo y el abstencionismo no les hace mella, tendremos que hacerlo en los espacios públicos, esos que deberían ser del pueblo, para frenar el proceso de esclavitud en que nos van a sumir.
El 21-N nos tocará reconquistar nuestros derechos como lo hicieron nuestros padres y abuelos, declararnos insumisos al poder de esta pseudodemocracia, y eso no lo haremos desde casa, tendremos que salir, organizarnos, participar de la respuesta ciudadana que será indispensable y que se tiene que sumar a la que ya tomó las calles, desde la pluralidad de la izquierda en un nuevo frente popular contra el fascismo y el capital.
Mañana a votar y pasado a luchar.