dissabte, 16 de maig del 2009

LA DEMOCRACIA INSÓLITA (II): EUROPA 2009


A la izquierda de la izquierda. En la periferia del sistema. Donde los candidatos apenas tienen nombre mediático, ni espacio en los principales medios de comunicación. Hasta ahí llega la abogacía del estado y, ¡zas! impugna la candidatura sospechosa.


Por un prodigioso mecanismo de causa-efecto y tras un hábil regate a la división de poderes: candidatura que impugna el ejecutivo, lista que ilegaliza el Judicial. Y Las Supremas De La Villa se hacen un nombre en Europa eclipsando a Soraya la víspera del eurofestival.





La presunción de inocencia se lleva mal con la Ley de Partidos. Dos meses después de instaurar en
Euskadi una democracia insólita, la Sala del 61 del Tribunal Supremo ha decidido que los ciudadanos no pueden votar a cierta lista. Aunque todos sus integrantes sean titulares del derecho de sufragio pasivo, la candidatura es ilegal. Es La Fiesta de la Democracia Europea, versión española.


Como quiera que la argumentación jurídica sigue mostrandose débil, parece curioso que tan pocos levanten la voz ante lo que parece un atropello a los pilares del estado de derecho. A nadie deberá extrañar pues que, eliminado su contrincante en el espacio político de crítica total al sistema, si la candidatura apadrinada por Olivier Besancenot
Izquierda Anticapitalista comienza a despuntar, sea apartada del juego democrático bajo la conclusión de que:


"La Virgen del Pilar dice, que no quiere ser francesa"


U otro argumento de análogo peso avalado por la dichosa ley de partidos. Hasta la fecha una Ley Orgánica que hace sombra a la propia y sacrosanta Constitución, y que se ha mostrado útil, preventiva e implacable.


Pues como lo digo lo pienso: La íntima relación de ésta [su] Monarquía con aquél régimen golpista, ilegítimo e ilegal que fue el franquismo sería suficiente para ilegalizarla. Existe material probatorio como para empapelar el Palacio de Oriente.


Sólo habría que aprobar una Ley de Monarcas. O, más fácil aún, dejarnos decidir en plebiscito qué régimen preferimos.


Pero, por favor, permítannos elegir a nosotros la papeleta.